Y colorín colorado, esta Liga se ha acabado. Bajamos el telón a una nueva edición del campeonato con sonrisas por arriba, lágrimas por abajo y sensaciones cruzadas por el medio. Hay equipos que han cumplido sus objetivos, otros incluso han superado sus expectativas y algunos se lamen sus heridas después de una larga y fatigosa temporada. Aquí pasamos a prorrogar la última jornada liguera, que dejó muchas noticias, imágenes, y sobre todo, muchos goles.
El Barcelona celebró la fiesta del campeón con un empate (2-2) que salva al Deportivo de La Coruña. Con el título en el bolsillo desde el domingo pasado, el partido sirvió de homenaje a Xavi Hernández. Donde están para menos homenajes es en Madrid después de una temporada en blanco, aunque se pegaron un buen festín de goles a costa del Getafe (7-3) en un encuentro enrarecido por las posibles marchas de Ancelotti y Casillas.
No se complicó tanto la vida el Atlético de Madrid, que optó por el cómodo camino del empate (0-0) en Los Cármenes para sellar el billete que le clasifica directamente para la próxima edición de la Liga de Campeones. Allí vuelve el Valencia tras amarrar el cuarto puesto gracias a la sufrida victoria en Almería (2-3) y disputará en agosto la eliminatoria previa que rubricará su retorno a la principal competición de clubes del continente.
A pesar de su impecable temporada y de su victoria (2-3) en La Rosaleda, no ha conseguido llegar el Sevilla a su objetivo por el camino liguero y tendrán que ganar la final de este miércoles contra el Dnipro para saltar de la Europa League a la Champions. Menos ambicioso es el Villarreal, máxime después de perder (4-0) en San Mamés, y se conformará con estar de nuevo la próxima temporada en la vieja Copa de la UEFA, donde también estará su verdugo de esta jornada, el Athletic de Bilbao.
Finalmente, el infierno del descenso ha devorado a Eibar y Almería, que acompañan al Córdoba en su caída. El equipo armero hizo sus deberes y ganó cómodamente al Córdoba (3-0), pero el decisivo gol de Salomao en el Camp Nou le condenó a un triple empate a 35 puntos que le aboca al descenso. Porque el Granada no se complicó ante el Atlético y firmó el empate que necesitaba para salvarse. El que se complicó demasiado la vida fue el Almería, capaz de ir al intercambio de golpes contra todo un Valencia, llegando empatado a los últimos 15 minutos, pero siendo tumbado definitivamente por un gol de Paco Alcácer.
Llegados a este punto, y antes de pasar a desgranar quiénes han sido los protagonistas del último acto liguero, toca felicitar al campeón, el Fútbol Club Barcelona; a los dos que le acompañan en el podio, Real Madrid y Atleti, que también se clasifican de manera directa para la próxima Liga de Campeones; y, por supuesto, al Valencia, cuarto clasificado y al que solo le falta superar el trámite de la previa para confirmar su ansiado retorno a la Champions. Deseamos suerte al Sevilla, en su final de la Europa League del miércoles, y felicitamos también a Villarreal y Athletic por sacar su billete para la Europa League. Y a Eibar, Almería y Córdoba les deseamos una breve estancia en Segunda confiando en volver a prorrogarles muy pronto.
Lo que perderá el Barcelona
Una semana más, Xavi Hernández es protagonista de esta Prórroga. Y no solo por el homenaje que se le tributó el sábado en el Camp Nou, ni por por haber sido el encargado de levantar, con total justicia, el trofeo de campeón de Liga, su octavo título liguero. Eso ya está todo dicho y redicho. Tampoco nos recrearemos en su supuesta despedida del barcelonismo, que no fue tal porque todavía le quedan por disputar dos finales, una de ellas en el coliseo blaugrana. Aquí vamos a tratar de calibrar el tamaño del hueco que deja Xavi Hernández en el Fútbol Club Barcelona.
El Barcelona pierde a un capitán, al portador de un dorsal (el 6) que se ha convertido en un símbolo del mejor fútbol, al arquitecto de una idea de juego que ha consagrado al Barça como el mejor equipo de los últimos años; ahí están los 23 títulos que ha levantado Xavi en 17 temporadas. Con su marcha, los blaugrana pierden, sobre todo, barcelonismo. Tras las marchas de Valdés y Puyol del año pasado, se van perdiendo elementos distintivos que han diferenciado a este club de todos los demás. Porque ellos demuestran lo lejos que se puede llegar con hombres de la casa, formados en la cantera, esos que sienten más que nadie los colores. Todavía siguen Piqué, Iniesta, Busquets y el gran Leo Messi, pero el vacío que dejan Valdés, Puyol y Xavi es irreemplazable.
Bajo esa apariencia sencilla, de chico normal, alejado de los cánones extravagantes que marcan la modernidad, Xavi ha sido la llave maestra que ha abierto de par en par las puertas de la gloria para el Barcelona. Aunque con un papel secundario en el Barça actual, Luis Enrique sigue recurriendo a él para beneficiarse de su tranquilidad, pausa, elegancia y esa sencillez que le han convertido en la brújula que marca el rumbo del Barça. Con su señorial despedida, demostrando que una retirada a tiempo puede ser la mayor de las victorias, se pierden muchas cosas, pero lo que sobre todo se pierde es un personaje único en la historia de nuestro fútbol. Un orgullo haber sido sus coetáneos para disfrutar de su inmensa categoría. #6raciesXavi.
Lo que pierden el Athletic y el Celta
No, ninguno de ellos es Xavi, tampoco Gerrard, ni Lampard. Se llaman Andoni y Borja, uno es vasco y el otro es gallego. Andoni se apellida Iraola nació en Ursubil (Guipúzcoa), tiene 32 años y fue jugador del Athletic de Bilbao hasta el pasado sábado. Borja responde al apellido de Oubiña, es natural de Vigo (Pontevedra), tiene 33 años y el pasado viernes anunció su retirada del fútbol profesional. Ambos recibieron el sábado un afectuoso saludo de los suyos. No es necesario jugar en el Barça, Liverpool o Chelsea para ganarse el respeto y reconocimiento de una afición. El fútbol, en ocasiones, no es tan complejo.
Con su marcha del Athletic, rumbo a la MLS de Estados Unidos, Andoni Iraola deja un hueco difícilmente reemplazable en su equipo de siempre. No hablamos solo de lo futbolístico, que también, porque el hueco que deja en el campo después de jugar de lateral, interior, extremo, interior y mediocentro, es muy complicado de cubrir; sino de la carencia afectiva que deja en el corazón de un equipo al que dedicó toda su trayectoria en el mundo del fútbol. No muchos pueden presumir de haber jugado 507 partidos en Primera División, anotando 37 goles. Nadie lo echa, obviamente. Se va él para no convertirse ni en una carga ni en una molestia. El Athletic se queda, en definitiva, sin un caballero, que se despidió a lo grande, marcando un golazo y resistiendo la tentación de tirar un penalti. Eskerrik asko, Andoni.
Un día después de anunciar su retirada, Borja Oubiña recibió un último aplauso de Balaídos. Después de 14 temporadas en el Celta, con un parón mínimo de una campaña en el Birmingham inglés, el calvario de las lesiones condenó la carrera de uno de los futbolistas más emblemáticos de la historia del club vigués. Hasta cinco veces tuvo que pasar por el quirófano este futbolista, marcado por sus dichosos problemas de rodilla. Él aguantó, pese a todo, hasta este año, cuando ya no le quedó más remedio que resignarse a su suerte y asumir que le tocaba colgar las botas. Pero es precisamente esa capacidad para luchar contra las lesiones, ese derroche de profesionalidad y dignidad, lo que más va a echar de menos el Celta. Grazas capitán.
Y lo que puede perder el Madrid
Concebido como una faena de aliño para el Real Madrid, su último encuentro de la temporada sirvió para poner de manifiesto el momento tan confuso que vive actualmente la entidad. Fue el partido de la incertidumbre. En un ambiente enrarecido por las posibles despedidas de Carlo Ancelotti e Íker Casillas, la cita solo fue provechosa para Cristiano Ronaldo, que con su hat-trick ante el Getafe alcanzó la notable cifra de 48 goles para ganar su tercer pichichi y acercarse a su cuarta Bota de Oro. Lo demás fue una lluvia de goles, nada menos que siete tantos se vieron en el Santiago Bernabéu, pero fue una cita inútil, tensa y descafeinada que le puso el colofón a una Liga que solo será recordada de haber sido la última de Ancelotti y Casillas en la Casa Blanca tras un año en blanco. En próximas fechas lo sabremos. Sí sabemos que ninguno de los dos ha tenido la despedida que se imaginaban; uno puede ser despedido después de ganar cuatro títulos el año pasado (la Copa del Rey, la ansiada 10ª Copa de Europa, la Supercopa de Europa y el Mundialito) y el otro, tras ser el mejor portero en la historia madridista, está siendo empujado hacia la puerta de salida por su bajo rendimiento en las últimas temporadas y por la animadversión de un amplio sector del madridismo.
EL SACAPUNTAS (el último de la temporada)
Luis Enrique: «Se han tomado decisiones difíciles que yo no he compartido»
¿Qué tipo de decisiones, míster? Ojalá siga en el Barcelona la próxima temporada. Cada vez que habla nos deja en ascuas.