Anoche Devin Booker fue capaz de producir un partido sensacional y al mismo tiempo acompañarlo de errores clamorosos; lo que en un lado de la cancha era pura elegancia y acierto, en el otro era falta de criterio, precipitación y errores. Estaba echándose la final a la espalda, camino de resolver media serie por sí solo, cuando cometió una quinta falta infantil, habiendo cometido algunas previas absolutamente innecesarias. Un defensor antinatural, perdido atrás en un partido demasiado duro para sus aptitudes y condiciones. Y en eso que se sentó Booker, se acercaron aún más los Bucks y apareció un brazo eterno de coloso griego para ponerle a Ayton uno de los tapones más espectaculares de la historia de este bendito deporte. De una complejidad enorme, obligado a atender en la ayuda, girarse bajo la trayectoria del «lob pass», ajustar el timing en la misma secuencia y cazar el balón muy arriba en el tablero, Antetokounmpo obró el milagro y le puso el marco a la foto de la victoria.
Phoenix Suns (2) 103-109 (2) Milwaukee Bucks.
Los Bucks ganaron un partido en el que habían estado por delante durante dos de los primeros 45 minutos de juego. Tras mantenerse a rebufo de los Suns durante tres cuartos, secando a Ayton y Paul, pero sufriendo a Booker; los Bucks aprovecharon mejor las oportunidades que se pusieron a su alcance. Ya fuese una canasta regalada, un rebote mal cerrado, una quinta falta de un rival en racha… todo fue amontonándose en la corriente del encuentro en dirección a ese sumidero que es el «guión establecido» que en ocasiones nos presenta esta apasionante competición. No suelo apenas nombrar a los árbitros, y en esta ocasión no me quiero detener demasiado, pero anoche hubo al menos tres jugadas en las que literalmente los árbitros no supieron que pitar, y terminaron regalando el balón a los locales sin haber recurrido a un vídeo que estaba perfectamente a su alcance para no haber cometido esos errores; tres veces, es tendencia. Pero el partido fue mucho más que tres errores, por ejemplo, fue hasta 17 errores en el tiro de los Bucks que recuperaron del aro ellos mismos. Esas segundas oportunidades fueron las que les mantuvieron con vida. En el small ball, los Bucks son mucho mejores reboteadores que los Suns, y anoche la diferencia en esos rebotes de ataque produjo un efecto sangrante. Phoenix tiró con bastante buen criterio en 78 ocasiones, anotando el 51,3% de sus tiros, mientras los Bucks tan sólo firmaron un tiro anotado menos que su rival, pero lanzando hasta 19 veces más. Esa diferencia les permitió competir en un partido en el que anotaron con un 10% menos de eficacia. Si además le sumas que perdieron tan sólo 5 balones por los 17 de los Suns, encontramos una vía de agua detrás de otra… Hay (según ESPN) 52 kilos de diferencia a favor de los Bucks en un duelo entre los quintetos de small ball de ambos equipos; ni siquiera dejando sobre la cancha a Ayton frente al quinteto de «bajitos» de los Bucks cambia el resultado de manera sensible. Antetokounmpo estuvo bien (26p-14rb-8as-3ro-2tp), pero los galones en ataque los asumieron Holiday y Middleton. El primero firma un 4 de 20 y a punto está de costarle el partido a los Bucks, el segundo sin estar superlativo, anota 40 puntos y termina neutralizando el partidazo de Boeker. Y para rematar el análisis: precisamente el partidazo de Booker acabó convirtiéndose en el último lastre por obra y gracia de su incontinencia defensiva. Aquí no hay defecto arbitral que valga, Booker cometió sus 5 faltas y quizá incluso se le perdonó una sexta que en la repetición no parecía «tan falta», pero que dudo que en directo no se lo pareciese a los árbitros. Y digo que su partidazo fue al final un lastre, porque cuando se sentó en el banquillo los Suns claramente apostaron por especular «down the stretch» (sigo sin encontrar una buena traducción a esta expresión que tan bien encaja en inglés) esperando la vuelta del único jugador inspirado. Mezcla de fortuna y buena defensa del rival, se acumularon los errores en ataque, algunos finalizados sin llegar siquiera al lanzamiento, y otros borrados del partido como en el «gorrazo» de Antetokounmpo a Ayton; momento en el que se pudo escuchar como re rompía el partido de los Suns.
El dato: Booker ya es el jugador que más puntos ha anotado en su primer play off, anoche firmó 42 y de no ser por las faltas, probablemente hubiese cambiado su carrera para siempre.
La clave: Solucionar tus errores, aprovechar los del rival. Milwaukee «no mete una», pero se las apaña para tirar más y que el rival tire poco. Así forjó anoche una victoria que en el diferencial se decide por los tiros libres de más, pero que se sustenta en el rebote de ataque y el control del balón. Entre Holiday y Connaughton capturaron un rebote más de ataque que todos los Suns juntos.
MVP. Khris Middelton. Cada vez que se le critica, responde con un partidazo. Giannis estuvo muy completo, decisivo y más eficaz, pero sin los 40 puntos del alero de los Bucks no se entiende la victoria. No es el mejor jugador de su equipo, pero es el termómetro.